En 1674, Antonie van Leeuwenhoek observó una gota de agua del lago en su microscopio fabricado a mano y descubrió un mundo invisible que nadie sabía que existía.
En 1674, Antonie van Leeuwenhoek observó una gota de agua del lago en su microscopio fabricado a mano y descubrió un mundo invisible que nadie sabía que existía.